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En los siguientes días se trabajo en una huerta en el patio del jardín, en una estructura previamente hecha, en busca de que hacer conciencia frente a las problemáticas ambientales, dando un espacio en el cual los niños reciclaran botellas plásticas para sembrar unas semillas, formando de esta manera una relación entre el niño y la naturaleza al cuidar de una vida.

Se les encargó de llevar una botella plástica a cada niño, para pintarlas con ellos mismos y luego sembrar las semillas.

Así, con la colaboración de las profesoras se logró llevar a cabo la actividad generando en un espacio entre dos guaduas de la estructura previa que allí se encuentra, la alineación de las botellas, haciendo la huerta de los niños.

Cada niño quedó encarado de la semilla que plantó, con la opción abierta de que cada niño pueda llevarse la planta cuando crezca para su casa y que cuando nuevos niños lleguen al jardín se repita el proceso creando una actividad de conciencia con el  medio ambiente y con la vida.

Por otro lado, se trabajo en la casa de la cultura re- construyendo el cerramiento, buscando uno más permanente, reutilizando unos troncos de madera que se encontraban en el lugar. Además de la utilización de caña  lata y unas puertas nuevas en metal, para crear el cerramiento del lugar, buscando una repetición en la colocación de los elementos a lo largo del vano. En ello participó la comunidad, principalmente los niños, que además colaboraron al pintar de nuevo la plaza central al frente de la iglesia, buscando una nueva estética más amena y que invitará a las personas a estar presentes en el lugar.

Fue una experiencia única, en el cual el trabajo en equipo, no solo entre los estudiantes y profesores, sino también con los integrantes de la comunidad, permitió que las actividades se llevarán a cabo.

Es una oportunidad de hacer las cosas de forma distinta, donde el habitante es una pieza fundamental, puesto que es el que permite que las cosas se den en su territorio y que de igual manera, después de que los estudiantes y profesores hayan hecho su intervención, se apropien y funcionen.

Es un pueblo ubicado en  el municipio de  Dibulla., en el departamento de la Guajirá, Colombia.

En este lugar, el proyecto Nuevos Territorio (PEI) ha desarrollado durante varios años diferentes proyectos puntuales en aras de mejorar la calidad de vida, especialmente de los espacios colectivos de la comunidad.

En este caso especifico, se hizo un ejercicio con los niños de la primera infancia en el jardín infantil del ICBF, en el cual se seleccionaron los niños en dos grupos distintos, lo de año y medio a tres años, y los de cuatro y cinco años.

Con este taller se buscaba llegar a comprender como ellos sienten y entienden aquel espacio en el cual estudian.

Con el primer grupo, se les incentivó de diferentes maneras, llegando a un libro de pieles de animales, buscando así que ellos hablaran de la sensación de las diferentes texturas que componían sus espacios de estar y de juegos, logrando que ellos mismos nos mostraran donde más les gustaba estar.

En el segundo grupo de estudiantes se hizo primero un taller de pintura en el cual ellos dibujaban con sus dedos como veían el jardín y palomino, que era lo que más les gustaba, posteriormente uniéndose al primer grupo de estudiantes y reconociendo los diferentes espacios. Posteriormente, se hicieron juegos procurando que los niños entraran en confianza y se dispusieran a realizar las actividades posteriores.

© 2014 by Indra Báez Sáenz. Proudly created with Wix.com 

Proyecto Nuevos Territorios. PEI. Pontificia Universidad Javeriana Bogotá, D.C.

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